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último apunte de diario Sobre el referendo catal�n y su entorno
   
 
02/08/2017 | Carlos Taibo | Capitalismo/mercado - |
vilaweb (31 de julio de 2017)
 
En 2015 escribi� su defensa de la consulta soberanista en Catalu�a. �Sigue defendiendo hoy la necesidad de esa consulta?

Naturalmente. Entiendo que la situaci�n actual convierte la consulta en algo a�n m�s acuciante. En Catalu�a hay un problema pol�tico: todas las encuestas revelan que son clara mayor�a los catalanes que desean una consulta de esa naturaleza. Entre ellos los hay, por cierto, partidarios de una Catalu�a independiente como los hay que piensan que debe mantenerse el lazo con Espa�a. La prohibici�n cerril de la consulta por parte de los gobernantes espa�oles indica de su lado que no tienen ninguna voluntad de encarar pol�ticamente una cuesti�n pol�tica.
La apuesta de esos gobernantes es la propia de un nacionalismo esencialista que considera que Espa�a es una realidad anterior a lo que pueda decir uno u otro texto legal, de tal suerte que, en consecuencia, constituye, por a�adidura, una realidad intocable. As� las cosas, y pese a lo que reivindican muchos tertulianos, ni siquiera se contempla la organizaci�n de un referendo en todo el territorio espa�ol: ese referendo supondr�a que, al menos sobre el papel, se pueden discutir esencias nacionales que hoy por hoy se antojan, visiblemente, intocables. No s� como esto puede casarse con una democracia.

�Y, de ser catal�n, ir�a usted a votar en el refer�ndum del 1-O? �Sabe qu� votar�a, en ese caso?

Soy un libertario y lo tengo dif�cil. No creo en rep�blicas ni en monarqu�as, catalanas, gallegas o espa�olas. Me limito a defender el derecho de los habitantes de Catalu�a a decidir su futuro. Y tan respetable me parecer� que opten por la independencia como que se inclinen por una Catalu�a integrada en Espa�a. Dicho esto, creo que las comunidades pol�ticas ganan, en todos los terrenos, cuando son m�s independientes, en el buen entendido de que no vinculo independencia con Estados, fuerzas armadas o aduanas.

Una de las cr�ticas centrales del espacio de En Com� Podem al 1-O es que no re�ne las suficientes garant�as. �Le parece una cr�tica razonable, suficiente como para no considerar vinculante la votaci�n?

Que las garant�as no ser�n las mejores parece evidente. Pero hay que preguntarse por qu� ello es as�. Y la respuesta es f�cil: el gobierno, y en general el establishment pol�tico, espa�ol ha rechazado un referendo legal desarrollado con reglas consensuadas, que es lo que ha reivindicado de forma insistente y tranquila el grueso de la sociedad catalana. De resultas se ha abierto camino un escenario en el que la discusi�n principal ya no es la relativa a la legalidad del referendo, sino la que da cuenta de la legitimidad de este �ltimo. Me parece inevitable, de cualquier modo, que si el referendo se celebra se produzca en un entorno de agrias disputas.

�Si es as�, a qui�n cabr�a achacar esta falta de garant�as?

Ya he respondido que a los gobernantes espa�oles. Sin ninguna duda. Me uno a mi amigo Manuel Delgado cuando subraya que, parad�jicamente, la �nica manera de conseguir que Catalu�a quede dentro de la trama del Estado espa�ol es la que pasa por aceptar un referendo legal y desarrollado en buena lid. Cuando se rechaza este horizonte se concede a las v�ctimas de ese gesto represivo una legitimidad que en otras circunstancias dif�cilmente las acompa�ar�a.
Por lo dem�s, y aunque muchas denuncias son leg�timas, otras tienen una vocaci�n infelizmente manipuladora. Recuerdo ahora que muchos de quienes rechazaron agriamente el eventual car�cter plebiscitario de las �ltimas elecciones auton�micas catalanas le otorgaron, sin embargo, ese car�cter una vez entendieron que los resultados amparaban sus tesis. En franco olvido, claro, de que muchos de los votantes de opciones formalmente no secesionistas estaban por un referendo, y que por �ste est�n tambi�n, tengo que repetirlo, muchos ciudadanos que desean mantener a Catalu�a dentro del Estado espa�ol.

�Qu� tendr�a que pasar, seg�n usted, para que efectivamente el refer�ndum del 1-O de octubre fuera vinculante y sus resultados reconocidos dentro y fuera de Catalu�a? �Depende, pongamos, de la participaci�n?

La pol�mica estar� servida, en cualquier caso. Importa, aun as�, que se establezcan reglas serias, que la participaci�n sea, en efecto, alta y que quede clara la decisi�n de respetar el resultado del referendo, sea cual sea �ste. Me parece llamativo, sin embargo, que los mismos que subrayan, con argumentos a menudo respetables, que las garant�as no van a ser las mayores se regocijen al certificar que Naciones Unidas no enviar� observadores. Conozco a mucha gente que, luego de se�alar que faltan garant�as, reconoce abiertamente que no aceptar� un referendo ni siquiera en presencia de �stas.

Podemos, por ejemplo, defiende que se celebre un refer�ndum pero, ante el 1-O, Pablo Echenique habla de "cajitas" Pablo Iglesias dice que �l no ir�a a votar. �Qu� opini�n les merece la posici�n de Podemos a dos meses del refer�ndum?

Creo que procuran nadar y guardar la ropa. Me parece llamativo que, cuando la mayor�a de los dirigentes de Podemos subrayan que el referendo no merece ser apoyado por cuanto, carente de base legal vinculante, quedar�, en el mejor de los casos, en una respetable declaraci�n de intenciones, olviden que no hay ninguna se�al de que las instituciones espa�olas se aprestan a abrir una v�a diferente, de la mano, por ejemplo, de una reforma de la Constituci�n. �Habr� que esperar cuatro d�cadas para que se revele una posici�n m�s abierta en esas instituciones? En esas condiciones no puede sorprender que haya quien sostenga que Podemos, o buena parte de Podemos, es el �ltimo baluarte del establishment pol�tico espa�ol.
M�s all� de lo anterior, una parte significada de la izquierda espa�ola es inequ�vocamente jacobina. Parece entender que el Estado al que se remite es neutro y tranquilo, de tal forma que no aprecia en �l, sorprendentemente, ning�n nacionalismo, ninguna burgues�a y ninguna voluntad de perfilar fronteras y exclusiones.

Desde el �ltimo congreso el PSOE ha hecho un peque�o giro: ahora defiende la plurinacionalidad cultural. �Qu� posibilidades representa este cambio?

S�lo queda sonre�r. Que a estas alturas el PSOE piense que el mero reconocimiento de la realidad nacional de Catalu�a, y del Estado espa�ol, y el anuncio de una federalizaci�n de este �ltimo bastan para desactivar el proceso soberanista quiere decir que sus cuadros siguen sin pisar el suelo. Y ello por no hablar de posiciones ultramontanas como las que defienden muchos de los barones socialistas, inmersos en el nacionalismo espa�ol m�s rancio.

El gobierno catal�n ha insistido en qu� convocar� el refer�ndum independientemente de lo que diga el TC. �Como cree que responder� el gobierno del PP? �Ve factible la suspensi�n de la autonom�a (art. 155 CE) o la convocatoria de elecciones auton�micas desde Madrid?

No lo s�. Supongo que acarician antes la segunda opci�n que la primera. E intuyo que son moderadamente conscientes, pese a todo, de que la pol�tica hasta ahora desplegada no hace sino impulsar el proceso soberanista en Catalu�a. Es verdad que esto, en alguna dimensi�n, parece no preocuparles en exceso si las posiciones cerriles que defienden permiten mantener, o acrecentar, los respaldos electorales fuera de la propia Catalu�a. Me imagino, en fin, que en el PP alguna inquietud provocar� la mala imagen internacional que se deriva de la prohibici�n en toda regla de un referendo, tanto m�s cuanto que lo ocurrido en Escocia hace tres a�os demuestra que hay otras maneras de lidiar con estos problemas.

Por ahora, la amenaza es no pagar el FLA si no se mandan semanalmente informes sobre el gasto del gobierno catal�n o se ve que se han comprados urnas, papeletas, etc. �Qu� opina al respecto?

El gobierno espa�ol desea emponzo�ar la consulta y propiciar una ceremonia de la confusi�n. Har� lo que est� de su mano para conseguirlo. Y admitir� que en este terreno no le falta talento. Otra cosa es que le resulte sencilla la tarea de coaccionar, y es un ejemplo entre otros, a muchos funcionarios que desean colaborar en la organizaci�n del referendo.

Oportunidad de quebrar el "r�gimen del 78" o m�s represi�n y recentralizaci�n: �c�mo puede afectar a las dem�s naciones en el estado espa�ol la independencia de Catalu�a? �Y, concretamente, a Galicia?

No lo s�. Depende de que c�mo se desarrollen los hechos. No tengo por qu� dar por descontado, por otra parte, y quiero ser riguroso en mi argumento, que la mayor�a de los catalanes se inclinar� por la independencia. No voy a prejuzgar sus posiciones. Aun con ello, entiendo que lo que est� ocurriendo en Catalu�a puede abrir los ojos de muchas personas que siguen ciegas, al menos en este terreno, ante la condici�n de los gobernantes espa�oles.

�C�mo explicar�a a un catal�n la situaci�n pol�tica en Galicia, con el PP en el gobierno de la comunidad y "alcaldes del cambio" en Santiago, A Coru�a o Ferrol?

En Galicia el PP dispone de muy eficientes redes clientelares. Esto aparte, ha jugado con astuta inteligencia la carta de un regionalismo que le permite tocar al tiempo muchas teclas. Soy muy esc�ptico, por lo dem�s, ante los gobiernos del cambio. El cambio que yo defiendo remite a la autogesti�n, a la autoorganizaci�n desde abajo y al apoyo mutuo en una sociedad consciente de lo que significa el riesgo de un colapso general del sistema. Quienes est�n por todo esto se hallan com�nmente muy lejos del cosm�tico cambio institucionalizado que se ofrece en muchos lugares del Estado espa�ol.

Usted ve en el decrecimiento una alternativa a la situaci�n actual. �C�mo se puede empezar a ir hacia el decrecimiento? �Cu�les son los obst�culos del decrecimiento?

Llevamos dentro de la cabeza la cultura del crecimiento, de la productividad, de la competitividad y del consumo. Salir de todo ello no es nada sencillo. Conf�o, aun as�, en que la conciencia de que nos dirigimos hacia el abismo provocar� cambios en la conducta de buena parte de la poblaci�n. Y que empezaremos a hablar seriamente de decrecimiento, desurbanizaci�n, destecnologizaci�n, despatriarcalizaci�n y descomplejizaci�n de nuestras sociedades.

�La aparente salida de la crisis puede ser un freno para iniciar este camino?

No creo que estemos saliendo de ninguna crisis. M�s bien interpreto que la huella ecol�gica sigue creciendo en un escenario en el que los problemas sociales se multiplican, bien que encubiertos, una y otros, por un gigantesco y manipulador aparato medi�tico. A mi entender la situaci�n se ir� degradando, inevitablemente, en los pr�ximos a�os.

Usted da importancia a los peque�os cambios en la manera de vivir y dice de ellos que son los verdaderos motores del cambio. �Puede explicarlo?

Prefiero decir que son motores del cambio. No me atrever�a a afirmar que son los verdaderos motores, toda vez que creo que ese cambio no podr� llegar si no articulamos movimientos sociales que reflejen una voluntad de autogesti�n y de autocontenci�n. Pero, dicho eso, es verdad que si no somos capaces de introducir peque�os cambios en nuestra vida cotidiana estar� en entredicho nuestro compromiso con los grandes. Y la vida cotidiana es lo que tenemos delante de los ojos durante todo el d�a.

Hay quien dice que el independentismo vende un mundo feliz. M�s all� de este escenario id�lico, �cree que una Catalu�a independiente puede impulsar cambios sociales decisivos?

No lo s�. No creo que nadie pueda responder de manera cabal, sin dudas, a esa pregunta. En cualquier caso, no hay ning�n motivo para concluir que una Catalu�a independiente ser� menos propicia a esos cambios que la Catalu�a de hoy. Cuando se dice que detr�s del proceso en curso se halla la burgues�a catalana se est� distorsionando la realidad. Si, por un lado, la burgues�a catalana est� dividida al respecto �e intuyo que en ella predominan, pese a las apariencias, las posiciones espa�olistas-, al amparo de ese proceso hay mucha gente que nada tiene que ver con las clases dominantes en Catalu�a. Esto al margen, ya me gustar�a poder afirmar que la burgues�a espa�ola est� tambi�n dividida en lo que hace al tratamiento de la cuesti�n nacional. Pero parece que a los ojos de muchos la burgues�a espa�ola tiene, de nuevo, un car�cter neutro y tranquilo, y se dispone a resolver ecu�nimemente todos nuestros problemas.


 
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