galego-português imprimir cerrar
Artículos
 
 
 
último apunte de diario Gloria Fuertes, Javier Mar�as
   
 
27/06/2017 | Carlos Taibo | mujeres - Medios de comunicación |
www.carlostaibo.com (27 de junio de 2017)
 
Me explica una colega que Javier Mar�as ha escrito un art�culo sobre Gloria Fuertes. Contra Gloria Fuertes, para mejor decirlo. Me hago con el texto y descubro que mi informadora no se ha esmerado mucho en la descripci�n. Que Mar�as estime que Gloria Fuertes es una escritora sobrevalorada tiene un relieve menor, en la vida y, tambi�n, y pese a las apariencias, en su art�culo. Faltar�a m�s que el autor de �Coraz�n tan blanco� no pudiese enunciar sus preferencias literarias.
Lo que ocurre es que, hablando en propiedad, el texto de Mar�as no es sobre Gloria Fuertes: es un salto en el vac�o que asume la forma de una diatriba dirigida contra esas feministas a las que nuestro hombre atribuye una indecorosa, est�pida y desinformada b�squeda de hero�nas literarias. Caramba. �Cu�ntos ejemplos no habr� �algunos, por cierto, los cita el propio Mar�as cuando pone manos a la tarea de recordarnos que hay escritoras de fuste mucho mayor que el de Fuertes- de mujeres que han salido del pozo oscuro al que hab�an sido condenadas, para que, entre otras cosas, el hijo del fil�sofo pueda leerlas? �No tienen nada que ver con ello las feministas a las que, de forma tan generalizadora y gratuita, descalifica Mar�as? Si, por lo dem�s, lo que este �ltimo nos cuenta obedece al arriesgado procedimiento de tomar la parte por el todo �a buen seguro que hay feministas que dan fe de lo que dice nuestro hombre-, �no har�a bien este �ltimo en aplicarse el cuento a s� mismo? Porque, �cu�ntas veces no habr� escuchado elogios encendidos de la obra del propio Mar�as en labios de personas que, con proverbial esnobismo, pensaban que era una carta de prestigio reproducir los paneg�ricos que sobre las novelas de nuestro galardonado escritor aparec�an en �Bobalia�, ese as�ptico e independiente medio de dignificaci�n de la mejor literatura?
Voy a pasar por alto, en este caso, otro de los rasgos del texto de Mar�as: la soberbia de su autor, quien al parecer se considera un or�culo que debe iluminar nuestros precarios y desviados conocimientos literarios. Lo har� por cuanto entiendo que, en los hechos, quien emite un juicio en p�blico asume, s�, un ejercicio de soberbia que es, al mismo tiempo, inevitable y, por ello, moderadamente disculpable. Me interesa m�s, mucho m�s, el lugar en el que Mar�as se explaya, el diario vitri�lico �El Pa�s�, en el que resulta dif�cil imaginar que vaya a aparecer una r�plica �ojal� me equivoque- a su art�culo. A menos, claro, de que en virtud de alguna raz�n extra�a se le crucen los cables a alguno de los l�deres de opini�n �Vargas Llosa, Az�a, Savater, P�rez-Reverte o Cebri�n- que exhiben masculinamente su superioridad intelectual y moral en el diario madrile�o. �Se imaginan ustedes que en las p�ginas de �El Pa�s� alguien anotase que Mar�as es un novelista agostado y mis�gino, al servicio con descaro de un emporio empresarial y del modelo social por �ste defendido, y protegido frente a cualquier contestaci�n que se atreva a sugerir que el rey est� desnudo? Que no se me lancen encima los admiradores de Mar�as. No estoy diciendo que el hijo del fil�sofo sea todo eso: me limito a preguntarme por qu� no puede decirse, llegado el caso, que lo es en las p�ginas de un diario que presume de palad�n de la democracia y del pluralismo, tanto m�s cuanto que Mar�as no ha dedicado una sola l�nea a explicar por qu� la se�ora Fuertes se le antoja una prescindible autora de ripios.
No parece que a Mar�as le preocupe demasiado el haber sido protegido siempre por un grupo empresarial que, claro, defiende su negocio. Qu� tiempos aqu�llos en los que �El Pa�s� acog�a opiniones dispares que se enfrentaban en buena lid. Mucho han cambiado las cosas. Hoy la reacci�n del diario humor�stico ante el art�culo de Mar�as ha consistido en acudir en defensa cerrada de su escritor, merced a la mano m�gica de este genuino machaca contempor�neo que es Juan Cruz. No s� si la defensa le viene bien a Mar�as, tanto m�s cuanto que la condici�n de baboso imperial de Cruz rebaja inequ�vocamente �entiendo yo- la credibilidad del beneficiario de su texto. A�os atr�s, un amigo com�n me cont� que le hab�a reprochado a Cruz que de �El Pa�s� hubiesen desaparecido todas las voces que respond�an a un impulso de pensamiento cr�tico y disidente. Aunque Cruz lo neg� airadamente, seg�n el relato de mi colega fue incapaz de explicar por qu� las numerosas personas invocadas al respecto por �ste o no hab�an escrito nunca en el diario sat�rico o hab�an desaparecido de sus p�ginas de manera no precisamente amistosa y cort�s.
Acabo. Mi comentario final, como pronto podr� apreciarse, no tiene ning�n peso literario. En realidad, no tiene ning�n peso. Gloria Fuertes me ca�a bien �me parec�a un apreciable ser humano- y Javier Mar�as me cae irremediablemente mal. Aunque el argumento pueda entenderse en provecho de este �ltimo, confesar�, sin embargo, que en muchos momentos me ha asaltado la idea de que s�lo las malas personas pueden ser grandes escritores. Que nadie se escandalice: conozco tambi�n algunas malas personas que no son buenos escritores. Yo mismo, sin ir m�s lejos.
 
subir