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último apunte de diario Yo soy anarquista, pero...
   
 
25/05/2017 | Carlos Taibo | anarquismo - |
www.carlostaibo.com (24 de mayo de 2017)
 
Quienes me conocen, y algunxs de quienes me leen, saben que no me gusta mucho autodescribirme como "anarquista". Aunque las razones son varias, entre ellas despuntan dos. Si la primera subraya que presentarse como anarquista puede parecer un injustificable ejercicio de petulancia �ser anarquista es muy dif�cil-, la segunda me invita a recordar que de siempre he preferido explicar qu� es lo que uno defiende, y en su caso qu� es lo que uno hace, m�s all� de unas u otras etiquetas. Con frecuencia he confesado preferir, por a�adidura, el adjetivo "libertario" �a mi entender menos ideol�gico y doctrinal- para retratar mi posici�n, siempre desde la perspectiva de que es m�s importante lo que las gentes hacen que el nombre que otorgan a lo que hacen.

Pero, dicho lo anterior, es verdad que en algunas ocasiones, y para deshacer malentendidos, recurro al adjetivo "anarquista" para autorretratarme. Lo hice, sin ir m�s lejos, la semana pasada en Brasil, con ocasi�n de una mesa redonda acompa�ada de una asistencia multitudinaria. En un momento determinado, en el debate, record� que no soy un "decrecentista libertario", sino un "libertario decrecentista". Poco importa ahora el significado de esa declaraci�n. Lo que me interesa se�alar es que, mientras enunciaba el argumento, y pese a la casi absoluta certeza de que en el portugu�s hablado en Brasil, como entre nosotrxs, los adjetivos "libertario" y "anarquista" retratan realidades muy pr�ximas, para deshacer el posible malentendido que surgiese de que alguien viese en m� un "libertariano a la norteamericana", esto es, un ultraliberal obsesionado con la defensa de la propiedad privada y del mercado, me declar� sucintamente "anarquista a la europea".

No es la primera vez que me he enfrentado a lo que relato a continuaci�n. En las horas siguientes no menos de cuatro personas que yo no habr�a identificado nunca como "anarquistas" se me acercaron para confesar que lo eran. Es verdad que en todos los casos �creo- echaron mano de una llamativa forma verbal y dijeron: "Yo soy anarquista, pero�". Al �pero� le sigui� uno u otro enunciado que en mi opini�n poco o nada ten�a que ver, sin embargo, con el anarquismo en cualquiera de las versiones imaginables. Recuerdo que uno de mis interlocutores confes� ser, s�, anarquista, pero precis� que era un "anarquista inteligente" que, de resultas, pensaba que hab�a que hacer un uso interesado del Estado y trabajar, por ello, en las instituciones�

Bien est� que empleemos de manera flexible los conceptos, tanto m�s cuanto que tenemos que estar curados de espanto en lo que hace a rigores y dogmatismos. Pero no abusemos de la flexibilidad hasta el punto de que esos conceptos acaben por perder todo significado. No vaya a ser que ma�ana me encuentre con alg�n colega que me explique que es un ateo convencido pero que, eso s�, los domingos por la ma�ana lo suyo es acudir a la iglesia a rezar. A la vista de lo que he contado, nadie negar�, con todo, que lo de ser anarquista parece tener su glamour. No sab�a yo que hab�a tantos anarquistas, pero� Y tan inteligentes
 
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