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04/09/2015 | Carlos Taibo | cultura - |
www.carlostaibo.com (4 de septiembre de 2015)
 
Estos d�as llega a las librer�as mi trabajo "Walter Benjamin. La vida que se cierra" (Catarata). Como quiera que me consta que hay quien aguarda expectante su salida, me siento en la obligaci�n de refrenar eventuales entusiasmos: el texto, de cariz fundamentalmente biogr�fico, es un material muy modesto.

Junto con un pr�logo y un ep�logo, la obra tiene cuatro cap�tulos. El primero resume de forma r�pida la vida de Benjamin, intenta describir su car�cter personal y sopesa su relaci�n con Espa�a. El segundo analiza el deterioro que la situaci�n de Benjamin experiment� en los a�os del exilio (1933-1940). El tercero, el m�s largo, aporta un estado de la cuesti�n en lo relativo a lo que ocurri�, con Portbou como epicentro, en los �ltimos d�as, tr�gicos, de la vida de nuestro autor. El cuarto, en fin, toma como n�cleo el que pasa por ser el �ltimo trabajo de Benjamin, las "Tesis sobre el concepto de la historia", y lo emplea para levantar un balance de las adhesiones pol�tico-ideol�gicas del pensador alem�n.

Confesar� que cuando el libro estaba ya en pruebas me pas� por la cabeza la extravagante idea de que, en vez de haberle dado el perfil de un ensayo convencional, m�s inteligente hubiera sido buscar el camino de la ficci�n. Afortunadamente la cosa no ten�a remedio. Si ya disponemos de ficciones sugerentes sobre los �ltimos a�os de Benjamin, mi talento en ese terreno es nulo y, creo, un cap�tulo como el dedicado a lo que presuntamente sucedi� en Portbou se habr�a resentido sensiblemente. Quede pues, en su modestia, la obra como est�.

Perm�taseme que agregue que aunque el sufrimiento de Benjamin en sus �ltimos meses no tiene parang�n con el que pueda atenazarnos, en el mundo semiopulento, a tantos de nosotros, su periplo final, y los pensamientos que lo acompa�aron, con los sinnombre y los frenos de emergencia de por medio, son de tr�gica actualidad en estos tiempos que nos ha tocado vivir. "Hay esperanza, mucha esperanza. Pero no para nosotros", escribi� Franz Kafka.
 
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